Ari J. González

Foto: Luis Arturo Aguirre

Acapulco, 1988

Tiene corazón de poeta. Morenazo de fuego, nerviosito, su palabra es un foco diminuto en medio de la red sin peces que recogió el pescador esta madrugada. Le gusta hablar de la nota roja, el mar y de noches coralinas. 

Muestra de obra

Un viernes que para amores infinitos amarra dos ochos frente a frente, desde hace siglos

Un retén entre la concepción
Una asamblea para asesinarla

En las notas se dijo
Sólo una vez nos madrugaron los sicarios que también iban
Los vamos a venadear en el templo de Venus
Los vamos a amarrar del mismo sexo

Venadear el pago de los muertos
Chingarse al muerto con impuestos

Se dijo también
En la pachanga de los docentes trabajos gratis para amores imposibles
En la secretaría de educación hasta muertos cobran el estado
Asesinar al comunero o levantarlo como a un pueblo un machete

“Usted no me diga nada,
yo le digo a lo que viene”
Templo de Venus, soluciones en veinticuatro horas.
Sólo necesito su nombre o su fotografía.

En el festejo tuvo lugar la lluvia de aplausos flores y macetas para no sufrir más
Los docentes estuvieron contentos a pesar de la declaración enésima del cobro de los mentores fallecidos

La asamblea de la comunidad fue interrumpida ayer día por el ataque de la hembra. En respuesta las mujeres y algunos hombres la siguieron. Hembra de venado dirigida al templo de Venus. Al llegar a la morada, salió su esposo con un machete y una piedra en el regazo. Era el grito del miedo renunciado. No podemos educar a los muertos para que no se metan en asuntos de los vivos. La gente respondió con rocas del mismo sexo a la cara del marido. Un retén entre la concepción del templo y la comunidad. Una asamblea para asesinarla ahí mismo de cuerpo entero. Piedras en el lado derecho de los cráneos. Sacrificio de pareja híbrida a la entrada de una casa.

El templo es morada del asesino
casa del gobierno de por vida
escuela en el arte del amarre
Después de las fiestas
es recomendable seguir hasta ahí
a las víctimas del progreso cuaternario

La asamblea interrumpida continuó sus labores al día siguiente. Con todo y muertos, querían chingarlos como antes tiempo, se dijo. Pero no habría de renunciarse a la concepción de la madrugada.

Los muertos salen a cobrar una tarde
en que todos vamos de compras
disfrazados de hombres y mujeres vivos
No andan por el súper o en la plaza
para no sentir lástima por nosotros
mientras llevamos nuestra esperanza
en las bolsas del mandado.

Madrugada:
retén natural en que piedras y machetes simulan llevar un sexo amarrado entre las piernas

Un muerto no cobra para repartir la lana con los otros
Los muertos no cobran en flores salvo en el sueño de los deudos ■

De Sacrifican a pareja híbrida en la entrada de una casa (2015)

Slot

los jugadores del casino cantan las apuestas a la diosa de la máquina.
cantan con la oda del brazo desprendido en la palabra.
conforman con sus sangres inconexas
un mismo mapa en la opacidad de la memoria.
a una diosa instalada en la válvula del tiempo
cantan los jugadores del casino con la moneda de la imagen al fin sobre los ojos.
su canto atraviesa oscuridades mientras el ruido de los níqueles.

§

en la poética del jugador, la palabra palabra aparecía desplazada por sus máscaras en los símbolos de la máquina. aparecía por la banda en forma de diamante, espada, herradura, campana o corazón. la combinación de tres máscaras iguales, iluminaba la oscuridad o el hambre de las manos. dos máscaras idénticas de la palabra palabra y una versión un poco diferente, daban al jugador la sed del juego. la palabra palabra expedida por la máquina caía tres veces en los ojos de la palabra ojos y no dolía.

§

los ojos son labios
belfos que mutan
en moneda el sueño.

§

los jugadores de nueva york vieron al hombre caer después de haberse pegado el tiro.
lo contaron con el pulso yugular al descubierto los jugadores de la barbería
y entre brumas los jugadores de la tienda de cigarros.
en las tiendas alejadas, digamos suburbios, digamos afueras,
en los locales donde curvaba otro horizonte,
las palabras de la versión se eclipsaron como lunas llamadas al regreso.
contaban que el hombre tuvo la fuerza para arrancarse un brazo. el izquierdo.
en las dos versiones, el jugador había dicho el nombre de la diosa antes de opacarse.

§

las imágenes del juego están quebradas desde antes. imágenes borradas, borroneadas, borrosas, burladas, que llegan a trazos sobre el repositorio de los ojos. anuncian a medias una ganancia de partida al llegar los tres cubos a la altura de los pechos. el jugador lee esas posibilidades y se confía a la diosa que habita en el vientre de la máquina. diosa que quiebra las imágenes al darlas a luz una mañana oscura.

§

campo traviesa la oscuridad
no se recorre en un golpe de la palabra oscuridad.
no se recorre en los ojos o en las manos
la oscuridad que llevamos cuerpo adentro a salvedad de la palabra.
la cuerda arrojada por la diosa a la imagen náufraga que somos
nos llama y no erra.

De Slot (2018)

Otros también cayeron

5

Lanzas del aire, las aves pescadoras atacan las redes sobre el mar.
Otra red es el cardumen que hunde al distraído.

:

[Un cardumen es también un fardo de cardo que navega dormido entre las aguas. La planta voraz abre los ojos en medio de noches coralinas
y sabe que en su cuerpo hay otra danza que no es de viento ni praderas. Acéchalos ya, a los navegantes, madre enredadera.]

entre el cardumen
de las palabras muertas
este poema

7

La temperatura es un cuerpo que cae rendido a la profundidad de la noche.
Las aves que no se guardan antes del descenso llevan hasta el sitio de sus sueños el peso a cuestas.

:

Alguien que cae
no es propiamente un cuerpo que cae

es más bien
un error en el tráfico aéreo,
una mancha en la hoja del viento,
una interrupción de mal gusto en pleno concierto vacío;

pero aun con eso,
hay quien lo hace todo por caer

construye máquinas volantes,
alas falsas a la vista,
navíos inestables que bogan más allá de mar adentro

Qué vocación aquella la de caer

Acaso una madrugada impensada
despertemos sudados y de golpe
en una caída muy alta suspendidos

mirándonos absurdamente a los ojos
sin decir nada sin oponer nada.


12

Un falso faro aparecido por las noches desvía las embarcaciones hacia otros rumbos. Es la sed del mar la que recoge las redes invisibles.

:

Un faro es un cuerpo que no puede caer
que no puede abandonar
la guardia donde lo montaron madrugadas enteras
antes de su primera noche como trabajador del mundo.
O si puede y más bien no debe;
su caída, más celeste que terrena,
entre los escombros llevaría la ruta del mil barcos
dejados a la mano del naufragio.
Qué tristeza la de un faro que no debe que no puede
renunciar en pleno turno y decir al fin ya voy, profundidad del mar,
apaga ya tu llama, cabeza miserable.
Por eso cada tanto la tierra se abre y hace
del cuerpo de los faros el otro cuerpo de los arrebatados.
La sacudida del mar, diosa a quien los faros lanzan luz sobre sus sueños,
escucha la plegaria que los navegantes distraídos piensan para ellos.
Un faro roto en mil pedazos es un cuerpo
que estaba roto desde antes. Por eso en el delirio
de los falsos terremotos, los habitantes puerto adentro
creen mirar una parvada huyendo al horizonte
entre las piedras de un cuerpo abandonado a su cansancio.
Pedazo por pedazo, pájaro por pájaro,
la belleza de los faros dura
lo que un barco en su segundo anterior al hundimiento.
En la oscuridad del mar, todos los cuerpos son viejos conocidos.

De Estos no eran los naufragios (inédito)